Cómo escribir el mejor discurso de graduación

¿Te tocó la fortuna de hablar en nombre de tu generación y no sabes qué decir? ¿Temes ser recordado por la peor pieza de retórica de la historia? No pidas que te trague la tierra y toma al toro por los cuernos. Aquí te decimos cómo redactar el mejor speech de la historia.

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1. ¿Qué quieres decir? Lo más importante al redactar cualquier tipo de texto es saber qué es lo que deseamos decir. No siempre es fácil: ¿Qué es lo que deseas destacar de tu los años de tu vida universitaria? ¿Qué logros personales y generacionales hay qué destacar? ¿A quién hay que agradecer de entre la plantilla de profesores y académicos? Lo más sencillo: escribe en una pizarra aquello que creas que debe incluirse en la forma de conceptos: “Hermandad”, “Innovación”, “Compañerismo”, “Voluntad”… Una vez que agotes la lluvia de idea, enumera los conceptos en orden de importancia… Y ya tienes el hilo conductor de tu discurso.

2. ¿Cómo quieres decirlo? Haz la redacción en frío. Deja que los conceptos hallen su forma. Lee y revisa lo que has escrito… y entonces tacha y descarta. Elimina la grandilocuencia y la pesadas. ¿Cómo? Toma cada párrafo del texto, y plantea: ¿Cómo me gustaría que me dijeran esto a mí? Y escríbe de nuevo, de esa manera, el discurso.

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3. La emoción se ensaya. Un buen discurso es en un 10% contenido y en un 90% emoción en histrionismo. Ensaya tu discurso de graduación: léelo a tus familiares y amigos, y toma nota de todas sus observaciones. Evalúa y corrige, y haz que tu oratoria mejore de ensayo en ensayo.

4. Sé tu crítico final. Usa un espejo o una cámara y estudia tu actuación. ¿Es todo lo que deseabas? ¿Trasmites o resultas demasiado intenso? ¿Haces las pausas adecuadas para que tus palabras calen en el espectador o descerrajas todo tu discurso como un bola de nieve? Observa cómo lo haces y haz los ajustes finales. Hazlo con la toga y el birrete, si es posible.

5. Considera no leer. ¿Qué nos impacta más: ver a alguien que lee un texto o a alguien que parece decir lo que se le ocurre en el momento, y que eso que se le ocurre sobre la marcha es tan perfecto como un discurso escrito? Considera que el discurso de tu ceremonia de graduación sea dicho de memoria, y no leído. Tras años de fuertes sesiones de estudio, esto es algo que ya dominas… Y créelo: valdrá la pena.

¿Y quién no te asegura que algún fragmento de tu discurso sea elegido como texto de los agradecimientos?

 

 

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