El Discurso de graduación de Neil Gaiman

Posted By on Feb 23, 2013 | 0 comments

Para los adictos a los cómics el nombre de este escritor no necesita de presentación. Lo avala uno de los títulos más poderosos en la historia de las historietas: The Sandman. Para quien no lo conozca, basta que sepa que su firma se encuentra detrás de la muy hermosa película de animación Coraline. En un caso o en el otro, Neil Gaiman dio uno de los más entrañables discursos de graduación a una de las recientes generaciones de graduados de una universidad inglesa. Si bien lo que se dijo se aplica sobre todo al terreno de la creación literaria, sus consejos no carecen de aplicación en otras esferas del conocimiento, la técnica, la ciencia o la tecnología. No importa en que te te vayas a graduar: las palabras de Gaiman serán algo más que una certera inspiración para ti.

El discurso para los graduados de Neil Gaiman

Aprovecha el hecho de que eres joven. Acepta que no sabes qué es lo que estás haciendo. Y no escuches a nadie que te diga que reglas y limites.

Si sabes que estás tras tu vocación, adelante. Sigue en la senda. Avanza siempre que puedas. Así y el proceso requiera de tiempo y de sacrificio.

Aprende a aceptar tus fallos. Tienes que saber que las cosas pueden ir mal. Y luego, cuando al fin vayan bien, es muy probable que te sientas como un fraude. Eso es algo totalmente normal.

Comete errores, de los gloriosos y fantásticos. Eso quiere decir que estás ahí, haciendo y tratando proyectos.

Cuando la vida se ponga dura, te hará hacer buenas obras. Sencillamente haz buenas obras.

“Hacer tus propias obras” significa que esas obras van a reflejar tu individualidad y visión personal.

Disfruta del viaje, no te preocupes tanto todo el camino.

Se sabio y logra cosas a lo largo de tu carrera. Si tienes problemas para comenzar, pretende que eres alguien sabio, que puede lograr que las cosas se hagan. Eso te ayudará a todo lo largo de tu carrera.

 

Sus palabras son sencillas, pero su efecto es poderoso: hay que reconocer que somos frágiles, que somos falibles, pero también hay que abrir los ojos a que somos, al potencial que albergamos. Todo depende de lo que podemos hacer con la persona que somos y con la que podemos ser.